El medio ambiente y la política

Esta semana hemos podido leer en la prensa una noticia sobre las hasta ese momento desconocidas para mi, islas Kiribati, las cuales previsiblemente, si sigue el nivel de pérdida de volumen de los casquetes polares, se estima que podrían desaparecer en unos 50 años.

Dice el presidente de ese país que "Los países poderosos envían a las naciones pobres una ayuda financiera que no sería necesaria si recortasen sus emisiones de gases" y ciertamente, no creo que le falte razón. En nuestro egoísmo, quienes nos consideramos “más desarrollados” nos creemos con autoridad para exigir a estos países un esfuerzo en la creación de industrias más respetuosas con el medio ambiente, mientras aludimos a la necesidad de compaginar el ahorro y esa protección medio ambiental para no aplicar estas medidas en nuestra propia casa.

Más cerca que este archipiélago, en nuestra propia ciudad, se está produciendo un movimiento en torno a la renovación de cargos y representantes en el Fòrum 21, que debería ser una plataforma cívica en la cual participasen los diversos sectores sociales para emitir informes que sirviesen se apoyo a la gestión de los poderes públicos (no solamente el Ayuntamiento de Gandia) que contribuyesen, entre otras cosas, a que el desarrollo de la ciudad se lograse desde una perspectiva respetuosa con nuestro entorno.

Lo que pasa es que si uno observa los movimientos que ha habido últimamente, tanto los colectivos como las personas que han pedido su incorporación a este fòrum, es imposible que no perciba la sensación de un “apretón político” persiguiendo influir en quien debe ejercer la función de coordinador o coordinadora, es decir, quien podría hacer de este fòrum una herramienta de desgaste político hacia el gobierno municipal.

Quizá los partidos políticos deberíamos hacer un análisis y reflexión sobre las funciones reales a desarrollar por un órgano de estas características y ver si una reunión con más de 50 personas es funcional o, en nuestro ímpetu por dominarlo, lo que vamos a conseguir es que no sea útil y por tanto herirlo de muerte, que es hacia donde irremediablemente nos dirigimos. Tal vez habría que proponerle a alguna de las entidades candidatas que se retirase, pues no tiene mucho sentido que, por ejemplo, si participa una federación, también estén presentes sus asociados, o, mirando nuestro propio ombligo, que si está nuestro grupo municipal, que esté nuestro partido o nuestra organización juvenil.

Deberíamos dar ejemplo y buscar entre todas las entidades representadas una persona incuestionable por su labor en el medio ambiente, así como que tuviese un reconocido bagaje en las tareas a desarrollar y que despertase las menores controversias posibles en el plano político.

Pero por encima de todo, debería plantearse que hay veces que abrir estos órganos a la participación masiva, como es el caso, puede provocar que no sirvan para nada o, en todo caso, que pueda servir exclusivamente para la promoción política de quien ejerciese de portavoz, independientemente de la más que segura ingobernabilidad de lo que se asemejaría más a un gallinero que a un fòrum, no pudiendo trabajar para conseguir aquellos objetivos para los que fue creado.