Tamayazo en Denia

Las miserias políticas a veces provocan actos deleznables como el acontecido hace apenas un día en Dènia, donde la alcaldía ha cambiado de manos con un movimiento de todos contra el PSPV-PSOE y el Bloc.

Las mociones de censura son parte de un juego político en el que también existe la posibilidad de formación de gobiernos en los que acaban ostentando la vara de mando partidos que no habían ganado las elecciones. El problema viene cuando para la obtención de esa mayoría necesaria para forzar el cambio del gobierno, los aspirantes unen sus fuerzas a las de uno o varios tránsfugas que accedieron a su cargo de concejal por ir en la lista de un partido, en este caso el PSPV-PSOE y que posteriormente decidió traicionar al electorado de ese partido aprovechando que la legalidad marca que después de adquirir la condición de concejal, el acta es suya y no del partido que le llevaba en la lista.

Y en este caso el asalto lo han perpetrado no uno, sino cuatro partidos políticos (PP, Centre Unificat, Gent de Denia y PSD), que han ignorado esta situación, claramente dentro de lo que intenta evitar el pacto antitransfuguismo, para tener el mando en una localidad como Dènia que se ha caracterizado en los últimos años por estar luchando contra el desaguisado urbanístico que se encontró la ya ex-alcaldesa Paqui Viciano cuando accedió al poder hace ahora cinco años. Seguramente ese ha sido su pecado y el motivo tan importante por el que tan variadas fuerzas políticas han sido capaces de ponerse de acuerdo.

Tal vez sea culpa del PSPV-PSOE y la ex-alcaldesa lo que ha pasado, pues el pastel era muy goloso cuando se tenía que cambiar el P.G.O.U. en una zona que es una de las “joyas de la corona” para constructores y promotores que estaban acostumbrados a hacer lo que les viniese en gana. Hay veces en las que poner orden no es bueno para algunos.

Sin embargo, no se sabe si justificándose o por no saber por donde salir del atolladero, Ricardo Costa, Secretario General del PP en la Comunidad Valenciana se atreve a decir que “había una situación de ingobernabilidad”, como si ahora con un pentapartito esto fuese más fácil gobernar…

Pero ahora le toca al PP decir la suya, la pelota está en su tejado, ya que es evidente que el ex-edil socialista Juan Collado es un tránsfuga, que quien ahora ostenta la vara de mando, Ana Kringe, es todavía del PP y que en estos momentos no ha tenido todavía sanción alguna por hacerlo de la única manera que podía matemáticamente, que era con el apoyo de quien parece que se cree por encima de la voluntad popular.

Decía esta señora, la nueva alcaldesa “existe un pacto antitransfuguismo” cuando le preguntaban el 16 de enero de este año en Las Provincias sobre la posibilidad de una moción de censura apoyada por el tránsfuga. Es que me parto…

El pacto antitransfuguismo lo deja claro, este señor ha cambiado las mayorías y el PP ha conseguido mediante una moción de censura una alcaldía que sin su apoyo no hubiese triunfado. A ver que nos cuentan ahora…