Miércoles de cine: Vicky Cristina Barcelona

Ir hoy al cine ha sido como beber un coctel. Con una mezcla de curiosidad y traición nos adentramos en la cola para acabar siendo víctimas de ese marketing que nos prometía pasar un buen momento a cambio de los cinco euros que nos cobran por la entrada el día del espectador.

Curiosidad por la campaña que se hizo ya durante el rodaje de la película y como no, por ser quien es su autor… Traición porque Pepi reconoció al salir de la sala que ella ya había leído alguna crítica que avisaba de lo mala que era la película, pero como quería verla, pues no dijo nada, pero tranquilos, la venganza es un plato que se sirve frío.

El ingenuo espectador, al que llamaremos por ejemplo Suso, entra en la sala atraído por la trayectoria del director, por los actores y actrices, pero además, creyendo que en el film va a encontrar la calidad con la que Woody Allen nos regaló “Manhattan” cuando quiso hablar de Nueva York y así poder hacer una comparación del tratamiento a esa urbe con el que se hiciese a la ciudad más europea de nuestro país… nada más lejos de la realidad.

El director nos bombardea un verdadero documental sobre la arquitectura que se puede encontrar en la ciudad condal y varios tópicos sobre España, pero además por en medio, se cuela un fin de semana de los protagonistas en Oviedo que no se acaba de entender muy bien lo que pinta en el conjunto de una película que utiliza como hilo comunicante una descolocada voz en off que no nos mete en el argumento ni por el tono que utiliza, ni por aquello que va relatando.

Si a esto le sumamos lo chocante que es para el espectador ver a los actores españoles de los que ya conocemos la voz, siendo doblados por otras personas (hay que ser torpe), llegamos a un momento en el que entre arquitectura y voces raras, más que viendo una película con un hilo argumental, parece que estemos viendo un documental bastante flojo.

Lo cierto es que gana intensidad en la fase final, una vez el personaje de Penélope Cruz ya se ha asentado entre el resto, dando pie a que el triángulo amoroso que formaban en primera instancia las americanas y el pintor español, quite a una de estas para incluirla a ella y crear algunas situaciones que no sabes si definir como comedia floja pero que al menos hacen más llevaderos los minutos que restan hasta el final.

¿Puntuación? En la escala Rafa (de 0 a 10 siendo 0 lo peor y 10 excelente), pondremos un 4 raspado, que hoy nos sentimos generosos y a pesar de que no nos encontramos ante un film que aporte nada, ni visión distinta de Barcelona, ni un argumento profundo, ni tan siquiera unas risas bien llevadas. Y es que en una película, además de la interpretación de los actores -que es buena aunque los personajes sean poco profundos- y buenos encuadres -que los tiene- hace falta un argumento bien trabajado y esto es lo que no se le puede perdonar a Woody Allen, porque se suponía que era su punto fuerte.