ETA no conseguirá nada

Las palabras que dan título a este artículo las pronunció la viuda de Eduardo Puelles, última víctima de la banda terrorista. Ayer en su discurso ante quienes se manifestaron como repulsa al atentado contra el policía, Francisca Hernández dio una lección con sus palabras a quienes que solo saben empuñar las armas.

ETA quería dar un golpe de efecto, acentuado después de que en Euskadi hubiese un Lendakari no nacionalista y eso es algo que se sabía. Como también se sabe que el nuevo gobierno vasco no navegará entre dos aguas, como lo hizo el anterior, llorando a los muertos pero subvencionando a los familiares para ir a ver a la cárcel a los asesinos.

Hace poco le hicieron una entrevista a Patxi López en ETB. La presentadora le preguntó que “¿qué le diría Vd. a la madre de un miembro de ETA que está en la cárcel de Sevilla?”, esa pregunta, que se hizo para ponerle en un aprieto, pues se sabía la determinación de acabar con las ayudas económicas a los familiares de los presos etarras, tuvo una clara respuesta: “le diría que lamentablemente su hijo está en la cárcel porque seguramente es un asesino”.

Algo tiene que cambiar en el País Vasco. Y aunque personalmente no me gustó que se pactase con el PP, es cierto que es la única salida que había dejado desde hace años el PNV al resto de partidos. No fue el PSOE el que dejó el gobierno vasco, fue el PNV el que buscó otros aliados y luego abanderó Lizarra para posteriormente secundar los delirios de autodeterminación de Ibarretxe.

Lo cierto es que, jugando con esas ambigüedades, ETA cogió aire, un aire que ahora parece que le va faltando.

Ayer guardamos cinco emotivos minutos de silencio en la puerta del Ayuntamiento como señal de respeto hacia el policía fallecido, de apoyo a su familia y como no, de repulsa a quienes su propia impotencia no les deja ver que la palabra tiene más fuerza que la pólvora.