Miercoles de cine: El amor en los tiempos del colera

Pues como ya sabéis, hoy tocaba cine y desde la semana pasada teníamos intención de ver la adaptación de la novela de García Márquez, “El amor en los tiempos del cólera”, que por cierto, también me recomendaba en un comentario “Carlos V” y de la cual tenía una buena predisposición, pues sinceramente, es uno de los pocos libros que he leído dos veces.

La película me ha gustado pero, como se suele decir, más vale leer el libro, pues ya se sabe que de momento las adaptaciones de novelas de este autor no han conseguido grandes resultados.

En mi opinión, lo peor que tiene la película es la caracterización de los personajes, donde el padre de Fermina Baza bien podría ser su hermano o su novio y la propia coprotagonista envejece de una forma “rara” pues cuando hace de adolescente aparenta ser mayor y cuando va envejeciendo no da la sensación de aparentar los 72 años que se supone tiene. Todo lo contrario de lo que pasa con el personaje de Javier Bardem, Florentino, el cual sí que da la sensación de envejecer de una forma “natural”.

Desde mi ignorancia (como veis no soy crítico de cine), yo creo que ha sido un intento más del director para mantener la belleza de la protagonista y dar sentido al hecho de que Florentino esté esperándola durante más de medio siglo, que al fin y al cabo, es el eje en el que giran la novela y por tanto la película, pero en mi opinión, es ahí donde falla el director y eso hace que sea más difícil asimilar la trama.

En la escala Rafa, siendo “0” lo peor y “10” espectacular, la película estaría entre el 6 y el 6 y ½ ya que, si has leído la novela te defraudará el poco tiempo que dedica a los detalles pero por añoranza a lo que leíste te llevarás una buena impresión y si no la has leído, te parecerá demasiado larga aunque interesante.

Por cierto, yo que soy bastante negado para los detalles, me di cuenta de uno de los fallos que tiene la cinta. Durante la primera conversación entre Florentino y su madre, ésta abre una botella, se sirve y luego pretende poner el tapón otra vez mientras habla y mira a su hijo, motivo por el cual falla y no lo pone. Acto seguido sigue la conversación desde otro plano y la botella tiene el tapón puesto, pero al cabo de unos segundos, la conversación prosigue desde el anterior ángulo y la botella vuelve a estar destapada. Una curiosidad.

Y entrando en el plano personal, cuando leí este libro, por recomendación de una amiga, le dije que esta trama mantenía una cierta relación con nosotros, con lo cual bromeamos con que yo la esperaría durante 50 años. Yo que me mantengo igual de virgen que Florentino aunque con menor éxito (tengo que reconocerlo), solo le pido que si lo decía de broma me avise y así podré recomponer mi vida sin tener que esperar los 38 años que nos faltan ya que, por aquel entonces, si fuese rechazado ello seguramente ofuscaría mi recién estrenada alegría por haber acabado de pagar la hipoteca de mi casa, y al fin y al cabo, si hay que ir se va, pero esperar tanto tiempo para nada... sería una faena.