Egoismo

Hay veces que uno piensa más en su interés personal que en aquellas cosas que realmente son importantes, entre ellas, algunas de las que dan sentido a la vida, como la amistad. Cuando se da esa situación, se debe reconocer sin lugar a dudas, que uno se está portando o se ha portado de forma egoísta.

Eso me pasó a mí cuando el pasado viernes, viví una de esas situaciones en primera persona. Cegado por lo que entendía una situación que no se correspondía con lo que pensaba que era justo, me refiero al papel que debía jugar yo en la composición de la nueva Ejecutiva Local del PSPV-PSOE de Gandia, no caí en la cuenta, hasta que volvía de la asamblea en la Mancomunitat, de que una persona muy importante para mí, ese día empezaba un difícil tratamiento que durará unos meses y tras el que, no tengo ninguna duda, habrá vuelto a darnos a todos sus amigos un nuevo ejemplo de la fuerza que alberga en su (porqué no decirlo) pequeño cuerpo ;-)

El viernes lo importante no era si yo iba a ser el secretario de “esto” o de “lo otro”, eso es lo que, independientemente de si tenía razón o no, me cegó. Lo importante era que una amiga empezaba un difícil trayecto y había que estar a su lado, y yo no me di cuenta hasta que, llegando a casa, tenía que ir a la derecha o hacia la izquierda. Fue entonces cuando me di cuenta del egoísmo que me había invadido durante esas últimas jornadas.

Y es que, como se dice por ahí y yo repito con los que creo son mis amigos, la confianza da asco… y la condición humana hace eso, que aunque en determinados momentos pensemos que algo es importante, al pasar las horas nos demos cuenta de que siempre hay otras cosas que están por encima de ello y precisamente la amistad es una de ellas.